Esos mensajes provenientes de la inspiración propia, a veces imposibles de mostrar por no caer en ridículo por no disponer de evidencia para el esclavo de la razón.
La poesía, la literatura, son algunas de las manifestaciones que despiertan en nosotros cosas especiales que nos hacen sentirnos reflejados a través de sus líneas. Pasa que, en la mayoría del tiempo, nuestro mundo interior no siempre es comprendido a cabalidad por cada uno de nosotros ¡tan cerca y tan lejos a la vez está!, ese mundo que muchas veces, sin intención, no queremos o no nos atrevemos a auscultar.
En mi opinión personal, pienso que la música es una de las manifestaciones "visibles" más cercanas al concepto de escuchar al espíritu. ¿Quién alguna vez no ha sido tocado por las sublimes vibraciones de las notas de una bella melodía? de cómo un estado de ánimo se entrega a la mezcla de los acordes, al sonido impactante de un instrumento, apreciar como la suavidad de un violín tiende a acariciar, o tal vez la omnipresencia ronca de un conjunto de cellos te atrapa estremece y de cómo el sonido de los timbales y las trompetas te elevan por sobre las nubes ¡sí! sin lugar a dudas, la música representa una de las manifestaciones más tangibles del espíritu humano.
Buscaba en Youtube algo que se acercara a esto que hablo y encontré un concierto en guitarra de mi gusto, la creación de Francisco Tárrega Recuerdos de la Alhambra, la había escuchado muchas veces por el maestro Narciso Yepes, pero incorporé en este post la versión de la concertista alemana Heike Matthiesen, es cosa de observarla para intentar un viaje al espíritu. Como para escucharla y admirarla muchas veces.