He hecho todo, excepto ....

los sueños ... ¿qué tan dispuesto estará alguien para hacer lo posible por cumplirlos? ¿será a cualquier costo?.

A veces se requiere un gran valor para ello y la historia de la humanidad registra infinidad de casos en que los ideales pasaron por el renunciamiento a una vida teóricamente mejor y, en algunos de ellos, hasta la pérdida de la misma fue el precio.

Quizás es difícil entender el costo que algunos pagan según nuestra cultura y prejuicios, pero en algún momento hasta los más escépticos captan el real alcance de una acción idealista. A final de cuentas, no creo que exista alguien que en el fondo de sí, no evalúe jugársela por aquello que más desea.

Como ya se han dado cuenta, este post incluye un video que lleva algo que puede dar que pensar en el contexto de mis anteriores palabras y, cada uno de ustedes, lo podrá entender y asimilar según su propia vivencia.

Veamos entonces, la utopía de un Kiwi, esa simpática ave originaria de Nueva Zelandia, que sólo puede caminar.

El loco que hay en tí ....

¿Estaré loco por titular así este post?, quizás no me importe ...
En la convivencia diaria, he aprendido que las personas nos enmascaramos, es entendible, cada espacio en que nos desenvolvemos nos obliga a esconder una buena parte de lo que llevamos dentro y en especial de aquello que realmente queremos ser y mostrar, pero el mundo social, laboral, familiar tiene ya sus reglas y coarta que la parte real de uno fluya hacia fuera como uno quisiera.
Algo de eso dice Joan Manuel Serrat plantea en su canción "A usted"

A usted que sabe de números
y consta en mas de un nómina
que ya es todo un energúmeno
con un posición sólida
No le gustaria
no ir mañana a trabajar
y no pedirle a nadie excusas,
para jugar al juego
que mejor juega
y que mas le gusta?

En esa parte que llevamos dentro y no transmitimos, están sin duda, las raíces de lo más bello que podemos crear y que nos acerca un poquito más a estar más armonía con nosotros mismos. La locura es parte de ello, no hablo de la locura patológica, sino de aquella parte que nos permite liberar ideas, emociones, que a lo mejor sólo nosotros y muy pocos a nuestro alrededor pueden percibir.
Sin duda que el mundo del arte deja liberar la locura interior, aquello que marca nuevos senderos, aquello que es capaz de dejar marca en la humanidad por siempre, también la locura está presente en cualquier creador, incluso en aquél que podemos mirar en nuestra oficina y nuestro entorno y que, muchas veces es considerado un ser raro, quizás cuánto hemos perdido por no tener la capacidad de entenderlos.
Decía yo que el arte permitía liberar locura. Esta manifestación del espíritu humano nos permite a los "no inspirados" (los "no locos") a sentirnos identificados con alguna canción, poesía, justamente con aquello que "un normal" no podría siquiera pensar en componer. Gracias a esos locos podemos sentirnos interpretados y poder volvernos reflexivos con respecto a cosas que nos ocurren en nuestro diario vivir.
Tuve la oportunidad unos días atrás de buscar en el IPod Virtual GoEar una obra maestra que muchas veces la había escuchado y que muestra una de las locuras más bellas ... la del amor. La genial creación de Astor Piazzola (música) y Horacio Ferrer (letra), en la estremecedora interpretación de Roberto Goyeneche, "Balada para un loco".

Te invito a que, cuando tengas un instante de tranquilidad, la escuches palabra a palabra, sigue la letra en Balada para un loco.

Un blogero cuasi loco (a mucha honra).